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La banca pública debe llevar a Paraguay a la revolución económica

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Existen casos de éxi­to tanto a nivel regional como internacional del rol que cumplió la banca pública dentro del creci­miento sostenido de una economía, lamentable­mente Paraguay no se encuentra dentro de los festejos.
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El papel que debería cumplir la banca pública nacional, compuesta por cuatro entidades, don­de el Banco Nacional de Fomento -entidad que debería liderar al grupo- debe acompañar al país a la revolución económica. Y no debe competir contra bancos como Itaú en el fi­nanciamiento al consumo que es la situación actual.

El Banco Nacional de Fomento tiene por objeti­vo principal el desarrollo intensivo de la economía, donde cuyo efecto debe promover y financiar pro­gramas generales y pro­yectos específicos, esto es algo que no ha cumplido en los últimos años.

Cartes tiene la firme in­tención de mantener una expansión de la economía nacional en torno al 6 ó 7% por año durante su gobier­no, algo que es sumamente difícil, teniendo en cuenta que Paraguay es uno de las más volátiles de toda América Latina. Paraguay no posee un mercado de valores competitivo, es decir, no existen capitales a largo plazo y esto com­plica más lo que desea ha­cer el actual mandatario, entonces queda el banco como una de sus principa­les armas.

MALA DISTRIBUCIÓN
El BNF destina el 53% de sus créditos al consumo, es decir, hace el trabajo de un banco de plaza, fren­te al 23% que promedió el sistema a esta actividad. Entonces el banco público en vez de llevar al sistema financiero nacional a dis­minuir las tasas de inte­rés o de estirar los plazos de los créditos, se dedica a una actividad fuerte­mente explotada por casi todos los bancos del país. Con esta metodología de trabajo se ubica entre las entidades que mayores utilidades saca cada pe­ríodo, pero al ser una en­tidad pública y no privada, esto no se convierte en un logro.

FINANCIAMIENTO
Mundialmente la banca pública o mejor conocida como la banca nacional de desarrollo (BND) cum­ple el papel de remendar las deficiencias del sector privado en lo que se refie­re al financiamiento, algo que claramente no ocu­rre en Paraguay, ya que el BNF opera como un banco privado y en ciertos casos hasta se lo puede compa­rar con una financiera.

BAJA PARTICIPACIÓN
El 3% de todos los capi­tales otorgados por el Fo­mento fueron destinados a la industria, estos son US$ 11 millones a junio de este año, mientras que el sistema marca un prome­dio de 10%. Los créditos al sector industrial como a las construcciones son los que más desarrollo puede lograr en el país, ya que a diferencia de otros rubros, estos tienen un mayor de­rrame en la sociedad.

Según los especialistas, se entiende que los ban­cos privados no financien en gran medida al sector industrial, esto porque posee un mayor riesgo que por ejemplo el rubro agrícola o consumo. Es por esto que las fallas o caren­cias del mercado deben llevar al BNF a replantear­se su postura y enfocar sus capitales a rubros deman­dantes de financiamiento.

De todos los créditos otorgados por los 16 ban­cos que operan en Para­guay, el Fomento sola­mente significa el 3,9%, mientras que en los de­pósitos tiene una cuota de mercado del 6%, según los datos entregados por la Superintendencia de Ban­cos al mes de junio de este año, por lo que se ve que esta entidad hace menos con el dinero captado en comparación con las otras entidades.

LIMITACIONES
La calificadora de ries­go Solventa, en el último informe otorgado al BNF (mayo 2014, AA-py Esta­ble) cita que “su condición de entidad pública le per­mite obtener un soporte importante al momento de responder por sus com­promisos, los cuales están debidamente garantiza­dos por el Estado paragua­yo (…) Otras limitaciones con que cuenta el banco actualmente y que le im­piden desenvolverse con mayor dinamismo dentro del sistema financiero, guardan relación con res­tricciones presupuestarias a las que están sujetas como entidad del Estado, sus sistemas informáticos que necesitan ser mejora­dos, una mejor capacita­ción de su amplia estruc­tura de recursos humanos y las leyes a las que están sujetas como ente público, y que generan mayor bu­rocracia para la toma de decisiones estratégicas”.

Solventa considera como desafío un mayor nivel de negocios a partir de la última ampliación de límites de créditos, así como un mejor entorno de gestión y capacitaciones al personal relacionados
a las áreas de tecnología, riesgos crediticios y ope­rativos, que van atados al aprovechamiento del pro­grama de modernización que ha sido previsto.

La visión de la enti­dad cita claramente que quiere convertirse en un “banco público de desa­rrollo, eficiente, sólido y competitivo, con mayor cobertura geográfica del país, reconocido a nivel nacional como líder en el financiamiento de los sectores productivos”. Es cierto que posee una alta cobertura geográfi­ca, con 61 dependencias y 155 cajeros automáticos en todo el país, pero no se encuentra ni cerca de ser reconocido como líder en financiamiento a sectores productivos, ya que sólo el 37% de toda su cartera de créditos va a estos rubros (agricultura, ganadería e industria).

BNF VERSUS BNDES
Si se realiza una rápida comparación entre dos bancos de desarrollo, el Bndes -banca de segundo piso- de Brasil que posee 1.800 funcionarios para mover US$ 84 mil millones -más de dos veces el PIB de Paraguay- contra el BNF, que tiene 1.200 funciona­rios y no logró superar los US$ 400 millones, se ve la falta de compromiso a ni­vel público de utilizar una herramienta como esta entidad.

BANCA PÚBLICA
Al mismo tiempo, no so­lamente el BNF sufre de un mal manejo, al sumar to­das las entidades financie­ras del Gobierno -Agencia Financiera de Desarrollo, Crédito Agrícola de Habi­litaicón, Fondo Ganadero y BNF- y se compara contra el sistema financiero, en este indicador Paraguay ocupa el puesto N° 8 en un ránking de 12 países de Sudamérica.

ANÁLISIS
El Departamento de Investigación y Análi­sis Económico del diario 5días, dado el actual nivel patrimonial de la banca, concluye que esta podría manejar fácilmente una cartera cuatro veces más grande de la que maneja ahora -llegaría a US$ 1.731 millones- si bajara su ratio de capital hasta el 10%, ni­vel que en muchos países sería considerado muy conservador.

IMAGEN INTERNACIO­NAL
Entidades a nivel mun­dial ya han resaltado la mala gestión de la entidad ya que a comienzos de este año el Fondo Monetario Internacional ya llamó la atención a los agentes económicos del Gobier­no y al Equipo Económico Nacional (EEN) al citar que estaban sorprendidos de que la banca pública en la mayor parte de su cartera financie al consumo. En ese entonces era del 43% y como es citado más arriba al último informe ya es del 53.

Christian Borja, de Valo­res Casa de Bolsa, explicó “el BNF debe cumplir una función que lastimosa­mente en nuestro país no es la que actualmente lleva a cabo. El BNF debe marcar el ritmo principal­mente en el sector indus­trial y agrícola, tarea que por diversas razones están lideradas por los bancos privados”.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cita que “en esencia -la banca pública de desarrollo- si­gue estando basada en la justificación clásica de cubrir fallas de mercado que llevan a restricciones de financiamiento, con el fin de lograr objetivos de política pública.

Diego Duarte, titular de Solventa Calificadora de Riesgo, resaltó: “No sé si la banca pública debería marcar el ritmo, pero sí tendría que ser una alter­nativa importante para el financiamiento de proyec­tos de desarrollo, gene­rando inclusive una sana competencia al sistema financiero privado”.
Santiago Zavattiero
[email protected]

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