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La artesanía paraguaya trabaja a contrarreloj por su supervivencia

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La artesanía paraguaya, con más de 30 modalidades que van desde el cuero al textil, pasando por la cerámica o la orfebrería, trabaja a contrarreloj por mantener la técnica de trabajo de generación en generación y salvarse así de la desaparición.

La apertura de escuelas para preservar la artesanía nacional es uno de los proyectos de Adriana Ortiz y su equipo al frente del IPA.

De manera silenciosa y desapercibida, algunos productos de la artesanía paraguaya se encuentran «en vías de extinción», como comentó la presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA), Adriana Ortiz.

El IPA ha detectado en el último año que algunas técnicas de producción artesanal ya no se utilizan y otras quedan en manos de pocas personas, de ahí el miedo a que se olviden para siempre.

Entre esas están las hamacas elaboradas con fibra de coco, típicas de la localidad de Tobatí, en el Departamento de Cordillera, a unos 60 kilómetros de Asunción.

Si bien las hamacas son objetos habituales en las casas paraguayas, no todas emplean la misma técnica, ya que existen hasta cinco tipos, como apuntó Ortiz.

<p>Una creación de la Virgen de Caacupé de ñanduti.</p>

Una creación de la Virgen de Caacupé de ñanduti. Foto: IPA.

Así, están las que elabora el pueblo Ishir en el Chaco, en el Departamento de Filadelfia; las que se tejen en un telar vertical en Pirayú, a 50 kilómetros de la capital; las de San Miguel, en el Departamento de Misiones, en el Sur del país, en un telar rústico, y las de Carapeguá, en el Departamento de Paraguarí, que se realizan en un telar rústico innovado.

A esas se suman las de fibra de coco, que ahora el IPA quiere proteger e impulsar su confección.

«Las hamacas de fibra de coco se hacían en Tobatí. Son una herencia mbya guaraní (pueblo indígena) que ya no se hace más. Ahora encontramos una maestra, recorriendo y buscando, que se acuerda de cómo su abuela hacía. Con fotos estamos viendo cómo volver a recrear eso. Va a ser una escuela bastante particular porque vamos a trabajar desde la extinción. Va a ser una escuela de rescate más que de salvaguarda», comentó la presidenta del IPA.

Apertura de escuelas

La apertura de escuelas para preservar la artesanía nacional es uno de los proyectos de Ortiz y su equipo al frente del IPA, y ya cuentan con la Escuela de Salvaguarda del Poncho de 60 Listas, en la ciudad de Piribebuy, a unos 70 kilómetros de Asunción.

En los plantes también está la puesta en marcha de una Escuela de Salvaguarda del ao po’i, un tejido típico de la localidad de Yataity, en la región central del país.

<p>Otra artesanía paraguaya.</p>

Otra artesanía paraguaya. Foto: IPA.

«Cuando vemos ao po’i, pensamos en el bordado, pero el auténtico ao po’i es la tela que se hace en un telar rústico, a mano, desde la planta del algodón. Se toma el capullo, se hace el hilo y eso se lleva a un telar», recordó Ortiz.

En sus recorridos por el país en busca de artesanos, el IPA encontró a tres maestras de este tejido en Yataity con las que planea abrir una escuela para que en esta localidad se vuelva a «escuchar el pedal y las vainas de los telares».

La lista de productos y técnicas en peligro de extinción también incluye los tintes naturales, el cuero repujado de la ciudad de Atyra, la filigrana o el cincelado.

Amar lo propio

Al margen de estas iniciativas, para Ortiz la base del respeto por la artesanía comienza por conocerla y amarla dentro del país.

«Si nosotros mismos en Paraguay aún no creemos que nuestra artesanía es lo que es y vale lo que vale, no estamos preparados para salir afuera. Primero acá tenemos que afianzar nuestra artesanía, nuestra cultura», subrayó.

Ortiz, que entiende la artesanía como «cultura e identidad», sostuvo que fuera del país «la gente ama» los productos artesanales paraguayos y cuentan con una recepción «súper positiva».

<p>Algunas de las artesanías paraguayas.</p>

Algunas de las artesanías paraguayas. Foto:IPA.

En esas salidas al exterior, la presidenta del IPA también ha percibido que el público que se acerca a la artesanía demanda «innovación, diseño y competitividad».

Por eso, la alianza con diseñadores también se plantea como otras alternativa de supervivencia para la artesanía paraguaya y para atraer a las generaciones más jóvenes de artesanos.

«El diseño puede aportar muchísimo a la artesanía si tiene una mirada de comercio justo, de economía circular y, sobre todo, del respeto, sin soberbia», añadió Ortiz.Fuente: EFE

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