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La economía pone a prueba al presidente

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Por Estela Ruíz Díaz UH

El presidente Mario Abdo necesita victorias. El panorama económico está en dificultades y el sector empresarial le pone tono dramático para frenar la reforma tributaria o reducirla al mínimo. En este tren, hay deliberada confusión semántica. El Gobierno dice que solo hay desaceleración que obedece a la coyuntura; los empresarios alertan sobre nubarrones de recesión (un nivel más crítico, ya que implica reducción del PIB, caída del poder adquisitivo, etc.). Aún nadie habla de crisis económica, aunque la palabra crisis se ha devaluado tanto a raíz del uso constante para definir situaciones que no configuran catástrofes.

No es el caso paraguayo.

El frente empresarial es la tormenta más fuerte que tiene en este momento por las fuerzas poderosas que mueve el sector, tanto en lo político como en lo mediático. El paquete impositivo es la primera propuesta legislativa relevante del presidente de la República y está por verse su capacidad para convencer a un Congreso fragmentado con liderazgos propios, más allá de los partidos. Por de pronto, Horacio Cartes ya salió a oponerse a la suba de impuestos porque “la cosa no está bien”.

Más allá de las discusiones, el paquete impositivo irá al Congreso con el 90% de acuerdo con los empresarios. Un alto consenso que revela sin decirlo que en esta pulseada el Gobierno cedió varios puntos.

Otro frente de conflicto se le abrió con el paquete de leyes sobre lavado de dinero, cuyo estudio se inició en el Congreso. El Gobierno necesita imperiosamente su aprobación para evitar volver a la lista gris, pero existe fuerte oposición de parte de legis-ladores que alertan sobre la criminalización de la política, mientras los empresarios se oponen rotundamente a la eliminación de la prejudicialidad, alegando corrupción judicial. ¿Cómo se llega a los estándares internacionales cuando aquí todo planteamiento para llegar a esos niveles de exigencia simplemente se rechaza?

FRENO ECONÓMICO. La dificultad más grave para el Ejecutivo es la gestión y mover la pesada maquinaria de los ministerios vinculados directamente con la reactivación económica. No solo hay cuestionamientos externos, sino debate interno sobre la labor de algunos ministros. La Capaco apuntó directamente sobre los ministerios de Justicia, Salud, Vivienda y Educación, y Essap. A nivel palaciego miran la gestión de Arnoldo Wiens, quien goza de respeto, pero genera ansiedad. “Es poco eficaz y miedoso”, dijo un cercano al presidente. Los números no benefician al ministro ex pastor. Las cifras de la ejecución presupuestaria no llegan al 20%.

“Una buena gestión debe llegar al 30% al menos en el primer cuatrimestre”, agregó la fuente lamentando la no liberación de los millones de dólares para regar la economía.

Ya existen también discrepancias entre los que le hablan al oído al presidente. Los eternos optimistas le dicen que “Cartes frenó la economía un año tras asumir en el 2013”, y otros más realistas le dicen que esa no es excusa para justificar la paralización actual y que nadie se acordará del ex presidente cuando las cosas empeoren. El caso Macri, en Argentina, es una reveladora moraleja: pretende justificar sus catastróficos errores económicos culpando únicamente a la “herencia K de despilfarro y corrupción”. Hoy las encuestas dicen que Cristina, acorralada por las causas judiciales, le ganaría en la disputa presidencial, y ¡en primera vuelta!

Este panorama obligó a Marito a poner foco sobre el MOPC, Vivienda y Agricultura, una decisión que huele a fiscalización.

La economía lo pone a prueba no solo para evitar que la crisis avance, sino también imponer su visión ante la poderosa clase empresarial que hasta hoy ha logrado frenar a cuanto presidente ha querido ponerle el cascabel al gato.

EFICACIA. Donde Mario Abdo logra resultados positivos es en la lucha contra el narcotráfico. Hay informaciones diarias sobre la caída de capos de la frontera y cargamentos de drogas. Un operativo que provocó la caída de un general por corrupción fue su cosecha reciente más importante. Una investigación interna que tuvo como cabezas a Aduanas y la Senad terminó en la detención del general Ramón Benítez, titular de Detave. Por ello, el presidente fue a visitar a la fiscala general Sandra Quiñónez, una visita que diluyó recelos y sonó a alianza.

“Vengo a renovar mi compromiso en la lucha contra la corrupción. Es una lucha que vale la pena y estamos comprometidos”, dijo tras felicitar a los fiscales del operativo Brillante, que desbarató una red de coimas en Detave.

El Ministerio Público busca posicionarse en su rol anticorrupción, pero aún genera dudas. Los jueces siguen haciéndose esperar. La leve sentencia al senador Víctor Bogado no hizo sino confirmar que el Poder Judicial será el más rezagado en materia de Justicia.

Es una de las pocas áreas eficaces de su gestión. Y lo demuestra con gestos públicos, repitiendo “caiga quien caiga”, su frase fetiche para conjurar la corrupción e impunidad.

Pero no es absolutamente suficiente. El otoño ha llegado y presagia tormentas prematuras. El barco que timonea tiene demasiadas grietas, muchos remeros indolentes y piratas que desafían constantemente cualquier viento de cambio.

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