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Sospechan que aduanero mató intencionalmente a su secretario

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Sospechan que aduanero mató intencionalmente a su secretario
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El ahora destituido jefe de Resguardo de la Aduana de Ciudad del Este, que supuestamente mató de un balazo a su secretario, fue imputado por homicidio doloso. Tal figura penal denota que la Fiscalía sospecha que el funcionario público tenía intención de acabar con la vida del joven.
Además, el pistolero fue procesado por violación de la ley de armas. El mismo adujo que siempre portaba un arma de fuego dentro de su vehículo. Las pericias de Criminalística serán fundamentales para conocer la reprochabilidad del encausado.
Francisco Solano Pérez Fernández, de 38 años, sigue preso en el calabozo de la Jefatura Policial, luego de ser sindicado de haber matado de un balazo en la cabeza a su secretario, Robert Barúa Sosa, de 28 años, durante un episodio que hasta la actualidad es confuso para el Ministerio Público.
La fiscal Nilda Estela Cáceres procesó al indiciado por homicidio doloso y argumentó que tal calificación penal es debido a la falta de testigos del hecho. Una sola persona había manifestado ante la sede fiscal sobre lo acontecido, pero solamente dijo que escuchó el disparo y luego fue corriendo para saber qué pasaba.
Cáceres dijo que la pericia de Criminalística será de gran relevancia para aseverar la intención o cambiar la calificación impuesta al imputado, en caso de que el resultado de las pesquisas arrojen que el hecho se trató de un accidente.

VIOLACIÓN DE LA LEY DE ARMAS

Además de la sospecha de homicidio doloso, Pérez Fernández también fue imputado por violación de la ley de armas, por supuestamente trasgredir lo establecido en la legislación nacional.
El citado cuerpo legal, cuyo número es 4.036/10 regula la tenencia y portación de armas de fuego. El artículo 19 refiere que está autorizado su uso solo dentro del inmueble fijado dentro del permiso otorgado por la Dirección de Material Bélico (Dimabel).
La misma ley, en su artículo 20 establece la portación de armas de fuego, consistente en el desplazamiento en disponibilidad de uso inmediato o a su alcance de la pistola (en este caso) y para ello, el mencionado aduanero debería llevar consigo los permisos expedidos por la mencionada institución reguladora.

ANTECEDENTES DEL HECHO

La muerte de Robert Barúa se produjo el viernes último, a las 17:00 aproximadamente, en el área habitacional de Aduanas, situada en la Zona Primaria de Ciudad del Este. En el lugar, la víctima se encontraba con Francisco Solano Pérez, que hasta ese entonces ostentaba el cargo de jefe de resguardo.
Ambos citados estaban alzando mercaderías (presumiblemente incautadas en los controles) en el vehículo particular de Pérez y en ese momento se produjo el disparo con la pistola 9 milímetros que impactó en la sien de la víctima que prácticamente murió en el acto. En esa misma tarde, la fiscal Cáceres ordenó la detención del aduanero, quien primariamente estuvo recluido en la comisaría 1ª y luego en la Jefatura Policial del Alto Paraná.

Francisco Pérez, en su declaración indagatoria en la Fiscalía, reiteró que el disparo fue accidental, cuando Robert Barúa cargaba algunas cajas en la camioneta del presunto autor, para viajar a la ciudad de Luque. Dijo que la pistola 9 milímetros no estaba con el seguro y que se disparó por algún golpe al bajarlo en el interior del móvil.
Según manifestó Pérez, tanto él como su secretario acomodaban algunas cajas que estaban en la carrocería de su camioneta, pero que antes sacó el arma de la guantera para ponerla en una de sus maletas. Sin bajar la pistola, tomó una de las cajas para acondicionarlas y ahí se produjo el disparo, declaró.

Debía ser imputado a como dé lugar

La fiscal Nilda Cáceres manifestó que tenía que imputar el sábado a Francisco Solano Pérez, debido a que la propia ley establece un plazo para hacerlo. Dijo que hasta ayer no existían indicios sobre un probable hecho de homicidio culposo, debido a la falta de testigos. “El único que manifestó que el disparo fue accidental es el mismo sospechoso. Por tal razón, debemos aguardar los resultados de la pericia policial”, señaló.
Cáceres expresó que al tener en la mano su pistola, durante la carga de mercaderías en su vehículo, Pérez cometió una negligencia muy grave, en caso de que el hecho haya sido de manera accidental.
La representante del Ministerio Público indicó que hasta ahora no existen indicios sobre una presunta enemistad entre víctima y victimario. “Los familiares del fallecido no dieron ninguna información relevante sobre alguna discusión previa que habrían mantenido Barúa y Pérez”, sentenció.

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