Herramienta estatal de desarrollo se usa para financiear el consumo

La instalación de la ac­tual administración en agosto de 2013 no supuso ninguna mejora sustan­cial para la economía paraguaya, más allá de las expectativas levan­tadas por el hoy titular del Ejecutivo durante la campaña proselitista y el período de transición.

El Banco Nacional de Fo­mento, cuyo presidente, licenciado Carlos Pereira, es uno de los pocos fun­cionarios públicos de alto rango que permanecieron en el puesto con el cambio de Gobierno, ha incluso pasado del puesto nueve al diez, en un ránking de tamaño de cartera de cré­ditos.

La institución finan­ciera, cuya razón de ser es el apoyo a los sectores económicos para ‘‘fo­mentar’’ el desarrollo del país, no sólo tiene a nueve bancos que realizan mejor gestión sino que, además, se dedica al negocio del consumo, actividad ne­tamente minorista que implica altas tasas de

interés por la naturaleza arriesgada del mismo.

Si bien esto le garantiza buenos retornos (lo cual queda claro en un ránking de ganancias, donde es la tercera empresa que más gana), esta actividad dista mucho de lo que debería de ser el real objetivo de un banco estatal. En agos­to de 2013, cuando asume Horacio Cartes, el 46% de la cartera de préstamos de BNF era para consumo, mientras que, según los datos del último informe del Banco Central, corres­pondiente a febrero de este año, ese porcentaje subió al 50%.

VENTAJAS

Las ventajas a favor de una institución finan­ciera estatal frente a sus pares del sector privado son muchas; al no tener accionistas, no distribuye utilidades, por lo que las ganancias se reinvierten.

Esto también le da la posibilidad de ofrecer las tasas más bajas del mercado, lo cual jugaría un papel demasiado im­portante en la economía, porque generaría una competencia fuerte para el resto, que se verían en la necesidad de ajustarse a estos precios para no per­der competitividad.

Las pymes en Paraguay siguen sin acceso a fi­nanciación y seguirán así hasta que alguien se digne informarle al Presiden­te que el Banco Nacional de Fomento es una de las herramientas más impor­tantes para la economía.